El Ayuntamiento de Granada elaboró la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado EDUSI Granada 2014-2020 “De tradición a innovación”, para planificar el desarrollo de la ciudad a través de una serie de líneas de actuación que serán implementadas hasta el año 2022 y sumarse al lema de la Unión Europea “Una manera de hacer Europa”.
Esta estrategia fue aprobada con una ayuda de 15.000.000 € para un presupuesto total de 18.750.000 € (80% FEDER), según Resolución de 12 de diciembre de 2016, de la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, por la que se resolvió definitivamente la primera convocatoria para la selección de Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado cofinanciadas mediante el Programa Operativo FEDER de Crecimiento Sostenible 2014-2020, efectuada por Orden HAP/2427/2015, de 13 de noviembre. Esta tarea contó con los foros y las mesas de participación ciudadana integradas en la Estrategia EG2020 “Haciendo humano lo urbano” que fue aprobada por moción conjunta.La intervención arqueológica que se viene realizando en Plaza Iliberis, alcanza ya su primer mes. En este tiempo se han realizado varios sondeos para explorar los restos de la villa romana altoimperial y estudiar su distribución espacial de conformidad con un plano base de georradar elaborado por la UB en el año 2000 y dirigido por Albert Casas, actual catedrático del Departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la Universidad de Barcelona. Se han localizado numerosas estructuras residenciales vinculadas con la villa en las zonas próximas al área saludable, así como otras de carácter secundario o bien asociadas a la zona rústica ubicadas al Este y Sur de la plaza. Los trabajos se esperan que finalicen el día 16 de agosto y en septiembre se mostrarán públicamente los resultados evaluatorios de estos trabajos arqueológicos que tienen por finalidad delimitar los bordes principales de la zona residencial de las zonas secundarias y de menor entidad estructural y más alejadas de la misma.
La fertilidad de las tierras pardas y limosas de la Vega granadina favorecieron la proliferación de villae durante el periodo romano, aprovechando el agua procedente de los tres ríos principales y creando una red de acequias principales y secundarias para la puesta en cultivo de grandes espacios vírgenes. Muchas villas agrícolas ellas adquirieron a finales del siglo III y sobre todo durante los siglos IV y V d.C. un importante programa de ornamentación en el que los mosaicos tuvieron un papel fundamental, así como también estaban sujetas a las novedades del comercio y de las modas imperantes en la principal metrópoli, Roma.
ESTADO ACTUAL DE LA INTERVENCIÓN.
Purificación Marín Díaz
Julia García González
La excavación preventiva realizada en la Plaza Iliberis (intersección C/ Primavera con C/ Bruselas, en el Zaidin Vergeles, Granada), comenzó el día 5 de julio de 2018. Ha dado hasta la fecha grandes resultados para el conocimiento de la villa romana aquí localizada en el año 1991, pues se ha confirmado su extensión por toda la plaza, y la larga ocupación del yacimiento con uso agrícola desde época altoimperial hasta su abandono definitivo en los inicios de la Edad Moderna.
Pese al poco tiempo de la intervención, se han podido documentar restos de las dos partes fundamentales que componen una villa romana:
– Pars urbana o zona residencial: caracterizada por ser habitualmente una vivienda de lujo, a ella pertenecen las habitaciones con mosaico que se documentaron en los años 90. A esta zona se asocian una serie de restos exhumados en los sondeos vecinos, a cerca de 20 metros de distancia, lo que ya es representativo del tamaño de la vivienda. Dichos restos consisten en una gran habitación, delimitada por el muros de cierre al Norte de la misma y que podría estar abierta por el Oeste a una especie de patio por la presencia de basas de columna de mármol. Dos grandes derrumbes ocupan este espacio: uno procedente de los muros de la habitación, realizados con ladrillos regulares y de buena calidad fijados con mortero y que debieron estar decorados con pintura mural a juzgar por la gran cantidad de fragmentos de estuco rojo encontrados en dicho derrumbe. El otro, consistente en el techo de la habitación, desplomado tras el abandono de la vivienda, que debió producirse de un modo progresivo y pacífico al no haberse documentado signos de violencia, destrucción deliberada o accidental, o los comunes incendios que acaban con el uso de estos edificios durante la Antigüedad Tardía. Este segundo derrumbe, compuesto de tégulas prácticamente completas en un buen número de ellas, forma un vertido de más de 8 metros de longitud, lo que confirma que se trata de una habitación de gran tamaño; como material se encuentra el afloramiento de numerosas teselas de mosaico, de todo tipo de materiales (pétreas, cerámicas, y vítreas), amplio espectro cromático, y de todas las épocas, removidas y muy probablemente procedentes de un pavimento ubicado en esta habitación, que habrían saltado ante el impacto del techo colapsando sobre el mismo.
– Pars rustica: es el área relacionada con la producción agropecuaria, menos rica a nivel material, pero igualmente interesante porque no había podido ser documentada ni delimitada en la intervención anterior. Hasta la fecha se pueden adscribir a este tipo de uso las estructuras de muros realizados con material de reutilización y desecho, muy frecuente en las construcciones de la Antigüedad Tardía (a partir del siglo IV), si bien aparece material asociado de épocas almohade y nazarí, lo que nos indica que aún durante la Edad Media este espacio tuvo un uso agrícola, sin que podamos definirlo aún como alquería o incluso como almunia. La aparición de numerosos restos óseos de fauna (principalmente ovicápridos) confirmaría la función de granja, así como materiales clave para su definición como son las pesas de telar, escorias de fundición, y los restos de combustión. Las estructuras citadas son aun difíciles de definir, pero destacan por su gran entidad y su dispersión por todo el sector oriental de la plaza. Sobresale entre ellas la presencia de varias tégulas clavadas en sentido vertical y asociadas a una pequeña estructura también construida en el mismo material, de complicada interpretación por estar incrustada en el perfil del sondeo, pero que recuerda a las piletas de decantación de arcilla localizadas en el Alfar romano de Cartuja.
Las intervenciones arqueológicas de hace 30 años dieron a conocer una cronología muy sesgada del yacimiento, únicamente las fases tardías de la villa romana; sin embargo, el material cerámico y otros restos estructurales nos han puesto en evidencia, como anteriormente se ha citado, que el yacimiento tuvo una ocupación bastante más prolongada aun después del abandono de la vivienda principal.
– Otros restos asociados a fases posteriores al abandono de la villa romana. Estructuralmente tienen menos entidad que los de época romana y son difíciles de definir per se y sin la datación del material cerámico o numismático, pues además en muchos casos reutilizan los materiales constructivos sobrantes de la villa en ruinas. Destacan las sepulturas, de diversas tipologías pero de las que abunda el enterramiento de losas de arenisca, de gran sencillez y que por la escasez de tiempo y recursos aun no han podido ser excavadas ni estudiadas, esperando hacerlo próximamente, pues la conversión del edificio romano abandonado en zona de necrópolis (y de cantera para la misma) es uno de los momentos antrópicos de mayor interés del yacimiento. Su extensión aún no ha sido documentada en su totalidad, si bien es un objetivo a corto plazo de la intervención, pero se distribuye por lo general en la zona Norte y Este del solar, estando las sepulturas documentadas hasta ahora orientadas en eje Este-Oeste.
En definitiva, la actual intervención demuestra desde los primeros resultados que:
1. La amplitud del yacimiento supera con creces las hipótesis iniciales.
2. La cronología abarca un periodo más extenso de lo que se conocía por intervenciones anteriores.
3. En el poco tiempo disponible, y dados los objetivos de la intervención, únicamente se ha llegado hasta ahora a techo arqueológico, de modo que se presume que lo excavado es, con todo, una mínima parte del potencial del yacimiento, que sólo podrá conocerse cuando se agote la potencia estratigráfica.