Los restos arqueológicos del albercón almohade (siglo XIII) encontrados a lo largo de las obras de construcción del túnel del metro, a la altura de Alcázar de Genil, pueden ser contemplados por el público en la propia estación. El regidor, Francisco Cuenca, y el consejero de Promuevo y Residencia, Felipe López, han valorado el proyecto de integración llevado a cabo, que ha dado sitio a una estación que conserva su funcionalidad al unísono que exhibe el pasado histórico de la urbe.
Tras asegurar que “hoy es un enorme día para la urbe turística, cultural y monumental”, el regidor se ha referido a la relevancia de los restos arqueológicos, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), y ha alabado al propuesta de integración efectuada por el arquitecto técnico Antonio Jiménez Torrecillas. “No solo pues combina la ingeniería vieja que representa esta alberca del siglo XIII con la ingeniería moderna, sino más bien pues las dos dan sitio a una estación singular, tanto en morfología como en nivel de acabados”.
El albercón, de ciento veintiocho x veintisiete metros, fue devorado en sus extremos a lo largo del desarrollo urbano del siglo veinte, quedando a salvo el tramo central pisado por el Camino de Ronda con unas dimensiones de quince x veintisiete metros (cuatrocientos cinco m2). La altura del espacio de visita de los restos arqueológicos es de dos con ochenta m.
Durante su visita a la estación de Genil, el regidor ha añadido que “estamos frente al símbolo de una urbe que integra la modernidad que supone un medio de transporte eficiente y sustentable, propio del siglo veintiuno, con la preservación de espacios patrimoniales únicos en el planeta, como es esta albarca que nos deja ver de qué manera era la vida en Granada en el siglo XIII”.
Por lo que se refiere a los aspectos teóricos, la intervención ha contemplado la conservación de los muros norte y sur de la alberca en su situación original y con el objeto de apear sin desmontar exactamente los mismos. La perforación de taladros bajo los muros viejos y la colocación siguiente de barras pasivas, dejó la unión del muro del albercón transmitiendo las cargas a las vigas tímpano, hormigonadas contra el propio terreno para lograr exactamente el mismo acabado que los muros del siglo XIII.
El soporte de la planta arqueológica se efectúa a través de una cúpula de indicación parabólica de uno con cero metros de flecha y dieciseis con setenta y siete metros de luz –entre ejes de conduzcas- y 0,50m de espesor incesante. El relleno sobre la cúpula para la colocación original de los restos originales de la solera de la alberca, contribuye por su parte en el apuntalamiento de la estructura de túnel.
El regidor ha concluido mencionando a la transformación de hábitos de movilidad y mejora medioambiental que ha supuesto la entrada en funcionamiento del metro. “Según los datos más recientes, desde la apertura del metro, hay ocho mil automóviles privados menos en las calles de Granada, lo que supone la emisión de diez millones de toneladas menos de CO2 en la atmósfera”.