La capuchina tuberosa: el tesoro desconocido que enriquece jardín y plato

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Pocas plantas ofrecen tanto y piden tan poco como la capuchina tuberosa.

Esta joya botánica, también conocida como Tropaeolum tuberosum, ha sido cultivada durante siglos en los Andes, pero sigue siendo una rareza en nuestros huertos y cocinas.

Sus tubérculos comestibles y sus flores vibrantes la convierten en una planta de doble propósito que merece mucha más atención de la que recibe.

La fascinación por esta planta surgió durante mi primer viaje a Perú, donde la vi crecer en pequeñas parcelas familiares. Los agricultores locales la valoraban tanto por su resistencia como por su versatilidad culinaria. Desde entonces, he dedicado un rincón de mi jardín a esta maravilla andina, y no he dejado de sorprenderme con sus cualidades.

Origen y características de la capuchina tuberosa

La capuchina tuberosa es originaria de las regiones altas de los Andes, principalmente de Perú y Bolivia, donde se cultiva a altitudes entre 3.000 y 4.000 metros. A diferencia de su prima más conocida, la capuchina común (Tropaeolum majus), esta especie desarrolla tubérculos comestibles bajo tierra.

La planta presenta un crecimiento vigoroso con tallos trepadores que pueden alcanzar los 2 metros de longitud. Sus hojas son redondeadas y sus flores, de un intenso color rojo-anaranjado con centro amarillo, aparecen generalmente a finales de verano y otoño, añadiendo un toque de color espectacular al jardín.

Los tubérculos: la joya oculta

Lo más valioso de esta planta son sus tubérculos subterráneos, que se desarrollan durante la temporada de crecimiento. Estos presentan formas alargadas o redondeadas, con una piel que puede variar del amarillo al púrpura intenso, a menudo con manchas o «ojos» más oscuros. Su tamaño oscila entre los 5 y 12 centímetros de longitud.

La pulpa interior es firme y de color amarillo claro, con un sabor que combina notas de patata, castañas y un ligero toque picante característico de las capuchinas. Esta peculiaridad gastronómica los convierte en un ingrediente único para experimentar en la cocina.

Cultivo y cuidados básicos

Contrariamente a lo que podría pensarse por su origen andino, la capuchina tuberosa se adapta sorprendentemente bien a diversos climas, aunque prefiere temperaturas moderadas y no soporta las heladas severas.

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Suelo y ubicación ideal

Para obtener buenos resultados, debemos proporcionarle:

  • Un suelo bien drenado y ligeramente ácido
  • Una ubicación soleada o con sombra parcial
  • Un soporte o estructura para que pueda trepar
  • Un riego moderado, evitando el encharcamiento

La planta agradece un suelo rico en materia orgánica, por lo que es recomendable incorporar compost antes de la siembra. No requiere fertilizaciones intensivas; de hecho, un exceso de nitrógeno favorecerá el desarrollo foliar en detrimento de los tubérculos.

Plantación y ciclo de cultivo

La plantación se realiza en primavera, cuando ha pasado el riesgo de heladas. Los tubérculos se entierran a unos 5-8 centímetros de profundidad, separados entre sí unos 40-50 centímetros. La germinación suele producirse en 2-3 semanas, y a partir de ahí, el crecimiento es bastante rápido.

El ciclo completo hasta la cosecha dura aproximadamente 6-7 meses. Las flores aparecen hacia el final del verano, y los tubérculos están listos para recolectarse tras las primeras heladas suaves, cuando el follaje comienza a marchitarse.

Principales problemas y soluciones

La capuchina tuberosa es notablemente resistente a plagas y enfermedades, lo que la convierte en una excelente opción para la agricultura ecológica. Sus principales enemigos son:

ProblemaSolución
PulgonesJabón potásico o insecticidas naturales
Exceso de humedadMejorar el drenaje y reducir riegos
Heladas intensasProteger con acolchado o cultivar como anual

En regiones con inviernos muy fríos, es aconsejable desenterrar los tubérculos tras la cosecha y almacenarlos en un lugar fresco y seco, para replantarlos en la siguiente temporada.

Valor nutricional y propiedades medicinales

Los tubérculos de la capuchina tuberosa no son solo un manjar exótico; también representan una fuente importante de nutrientes. Contienen aproximadamente:

  • 14-16% de almidón
  • Altos niveles de vitamina C
  • Minerales como potasio, magnesio y hierro
  • Antioxidantes y compuestos fenólicos

En la medicina tradicional andina, estos tubérculos se han utilizado para tratar afecciones renales, problemas de próstata y como antiinflamatorio natural. También se les atribuyen propiedades antibacterianas y antivirales, aunque estas aplicaciones requieren más estudios científicos para su completa validación.

Un alimento funcional

Una característica destacable de la capuchina tuberosa es su contenido en isotiocianatos, compuestos que le dan ese ligero sabor picante y que tienen propiedades antibacterianas. Estudios preliminares sugieren que estos compuestos podrían tener efectos beneficiosos para la salud digestiva y potencial anticancerígeno.

Además, su bajo índice glucémico los hace adecuados para personas con diabetes o quienes buscan controlar sus niveles de azúcar en sangre.

Usos culinarios: del jardín a la mesa

La versatilidad gastronómica de la capuchina tuberosa es uno de sus mayores atractivos. Prácticamente todas las partes de la planta pueden aprovecharse en la cocina, aunque los tubérculos son el ingrediente estrella.

Preparación de los tubérculos

Antes de cocinarlos, es recomendable dejar los tubérculos al sol durante unos días para que desarrollen un sabor más dulce y reduzcan su contenido en compuestos picantes. Después, pueden prepararse de diversas formas:

  1. Hervidos: Durante 15-20 minutos, hasta que estén tiernos
  2. Asados: Envueltos en papel de aluminio con hierbas aromáticas
  3. Salteados: Cortados en rodajas y salteados con otras verduras
  4. En puré: Como alternativa a la patata, con un toque de mantequilla
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Una forma tradicional de consumirlos en los Andes es en «chuño», un método de conservación que consiste en deshidratarlos mediante ciclos de congelación nocturna y exposición solar diurna.

Receta: Ensalada tibia de capuchina tuberosa

Esta receta sencilla permite apreciar el sabor único de los tubérculos:

  • 500g de tubérculos de capuchina, lavados y hervidos
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cebolla roja finamente picada
  • 1 pimiento rojo en tiras
  • Zumo de 1 limón
  • Sal marina y pimienta recién molida
  • Flores de capuchina para decorar

Cortar los tubérculos en rodajas cuando aún estén tibios y mezclarlos con el resto de ingredientes. Dejar reposar unos minutos antes de servir, decorando con las flores.

Otros usos culinarios de la planta

Además de los tubérculos, podemos aprovechar:

  • Las flores: Comestibles y con un sabor ligeramente picante, son perfectas para decorar ensaladas o postres
  • Las hojas jóvenes: Pueden añadirse a ensaladas, aportando un sabor similar al berro
  • Las semillas inmaduras: Encurtidas, pueden usarse como sustituto de las alcaparras

Esta versatilidad convierte a la capuchina tuberosa en una planta integral para la cocina creativa y sostenible.

Integración en el jardín ornamental y comestible

La belleza de la capuchina tuberosa la hace ideal para jardines donde se busca combinar estética y funcionalidad. Sus flores llamativas y su follaje abundante la convierten en un elemento decorativo de primer orden.

Diseño de jardines con capuchina tuberosa

Algunas ideas para incorporarla al diseño del jardín:

  • Como trepadora en pérgolas, vallas o tutores
  • En combinación con otras plantas andinas como la quinoa ornamental o la patata ornamental
  • Como cubresuelos en zonas amplias donde puede extenderse
  • En jardines verticales o muros verdes

Su floración tardía aporta color cuando muchas otras plantas ya han terminado su ciclo, prolongando el interés visual del jardín hasta bien entrado el otoño.

Beneficios para el ecosistema del jardín

Más allá de su valor ornamental y culinario, la capuchina tuberosa contribuye positivamente al ecosistema del jardín:

  • Atrae polinizadores como abejas y mariposas
  • Repele ciertas plagas gracias a sus compuestos naturales
  • Puede actuar como planta trampa para pulgones, protegiendo otros cultivos
  • Sus raíces ayudan a mejorar la estructura del suelo

Estas características la convierten en una excelente compañera para el huerto ecológico, donde puede desempeñar múltiples funciones beneficiosas.

Conservación y multiplicación

Para quienes se enamoren de esta planta, es importante conocer cómo conservarla y multiplicarla de un año a otro.

Almacenamiento de tubérculos

Tras la cosecha, los tubérculos deben limpiarse cuidadosamente sin dañar su piel. Para conservarlos:

  • Dejarlos secar al aire durante unos días
  • Almacenarlos en cajas con arena o turba ligeramente húmeda
  • Mantenerlos en un lugar fresco (5-10°C) y oscuro
  • Revisar periódicamente para eliminar cualquiera que muestre signos de deterioro
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En estas condiciones, pueden conservarse durante 4-6 meses, hasta la siguiente temporada de plantación.

Métodos de propagación

La forma más común de multiplicar la capuchina tuberosa es mediante sus tubérculos, pero también existen otras opciones:

  • División de tubérculos: Asegurándose de que cada porción tenga al menos un «ojo» o yema
  • Esquejes: De tallos tiernos en primavera, aunque con menor tasa de éxito
  • Semillas: Posible pero poco práctico, ya que el período hasta la producción de tubérculos es más largo

Para mantener la diversidad genética, es interesante intercambiar tubérculos con otros cultivadores, ya que existen numerosas variedades con diferentes colores y formas.

Potencial sostenible para el futuro

En un contexto de cambio climático y búsqueda de alternativas alimentarias sostenibles, la capuchina tuberosa emerge como un cultivo con gran potencial para el futuro.

Adaptación al cambio climático

Sus características la hacen especialmente valiosa en un escenario de condiciones climáticas cambiantes:

  • Alta resistencia a la sequía una vez establecida
  • Adaptabilidad a suelos pobres
  • Baja necesidad de insumos externos
  • Buena resistencia natural a plagas y enfermedades

Estas cualidades la convierten en un cultivo resiliente, capaz de producir alimento en condiciones donde otros cultivos más exigentes fracasarían.

Potencial para la agricultura urbana

Su naturaleza trepadora y sus múltiples usos hacen de la capuchina tuberosa una candidata ideal para espacios urbanos limitados:

  • Cultivo en balcones y terrazas con estructuras verticales
  • Integración en huertos comunitarios
  • Uso en jardines educativos para mostrar plantas alimenticias poco conocidas

Su belleza ornamental elimina la división tradicional entre plantas «útiles» y «decorativas», ideal para el concepto moderno de jardines comestibles estéticos.

Dónde conseguir tubérculos para empezar

Uno de los mayores obstáculos para cultivar la capuchina tuberosa es encontrar material de plantación. Algunas fuentes posibles son:

  • Viveros especializados en plantas inusuales o andinas
  • Tiendas online de semillas y tubérculos exóticos
  • Intercambios entre aficionados a través de redes de permacultura
  • Asociaciones de conservación de variedades tradicionales
  • Mercados locales en países andinos, para viajeros

Una vez que se consigue iniciar el cultivo, la propia cosecha proporcionará material para continuar en años sucesivos, pudiendo incluso compartir con otros jardineros interesados.

La capuchina tuberosa representa uno de esos tesoros botánicos que permanecen relativamente desconocidos a pesar de sus múltiples virtudes. Cultivarla es una forma de conectar con tradiciones agrícolas milenarias mientras se exploran nuevas posibilidades culinarias y se embellece el jardín. Quizás sea el momento de darle una oportunidad a esta joya andina y descubrir por qué ha sido tan valorada durante generaciones en su tierra natal.

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1 opiniones sobre « La capuchina tuberosa: el tesoro desconocido que enriquece jardín y plato »

  1. Interesante artículo, pero me pregunto si la capuchina tuberosa realmente puede adaptarse a climas más fríos sin problemas. He intentado cultivarla antes y no tuve mucho éxito con las heladas tempranas. ¿Alguien más ha experimentado esto? 🌱

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