Un solo día es suficiente para descubrir estas 7 maravillas de Valladolid

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Valladolid, antigua capital de España, esconde entre sus calles siglos de historia, arte y tradición castellana.

Esta ciudad de Castilla y León conserva un patrimonio monumental extraordinario, testigo de épocas en que reyes y escritores dejaron su huella en cada rincón.

Sus plazas porticadas, iglesias góticas y museos de primer nivel pueden descubrirse perfectamente en una jornada intensa.

El sabor de su gastronomía y el carácter acogedor de sus habitantes completan una experiencia única que merece la pena vivir al menos una vez.

La ciudad del Pisuerga ofrece un recorrido a pie que permite conocer sus principales atractivos sin necesidad de transporte. Desde la majestuosidad de su Plaza Mayor hasta los rincones literarios que recuerdan a Cervantes, Valladolid se presenta como un destino perfecto para una escapada de un día.

1. Plaza Mayor: El Corazón Histórico de la Ciudad

La Plaza Mayor de Valladolid representa el punto ideal para iniciar cualquier visita a la ciudad. Considerada la primera plaza mayor regular de España, este espacio rectangular rodeado de edificios con soportales ha sido testigo de la historia vallisoletana desde la Edad Media.

En el centro de la plaza se alza la estatua del Conde Ansúrez, fundador de la ciudad, mientras que en uno de sus laterales destaca el imponente edificio del Ayuntamiento, con su característica fachada.

La plaza cobra vida especialmente durante las horas del aperitivo, cuando los vallisoletanos ocupan las numerosas terrazas para disfrutar de un vino de la región acompañado de alguna tapa. Los niños disfrutan del tradicional carrusel que suele instalarse en uno de sus extremos, creando una estampa perfecta de la vida local.

Por la noche, la iluminación transforma completamente el espacio, convirtiéndolo en un lugar mágico para pasear. Durante eventos especiales, como la entrega de los Premios Goya que acogió en años recientes, la plaza se engalana y muestra su cara más festiva.

2. Catedral de Nuestra Señora de la Asunción: La Inconclusa

A pocos minutos a pie desde la Plaza Mayor encontramos la Catedral de Valladolid, conocida popularmente como «La Inconclusa». Este sobrenombre se debe a que el proyecto original de Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial, nunca llegó a completarse en su totalidad.

A pesar de ello, el templo impresiona por su sobriedad herreriana y sus dimensiones. En su interior alberga un valioso Museo Catedralicio con obras de arte religioso de gran valor, incluyendo piezas de Juan de Juni y Gregorio Fernández, maestros de la escultura castellana.

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Uno de los grandes atractivos de la visita es la posibilidad de subir al mirador panorámico de la torre, desde donde se obtienen algunas de las mejores vistas de la ciudad. El contraste entre la catedral inacabada y la cercana Iglesia de Santa María de la Antigua, con su esbelta torre románica y su pórtico gótico, ofrece una interesante lección de historia arquitectónica.

El Palacio de Santa Cruz, considerado la primera obra renacentista de España, completa esta zona monumental. Su patio interior y su biblioteca histórica merecen una visita si el tiempo lo permite.

3. Plaza de San Pablo y Museo Nacional de Escultura

La Plaza de San Pablo constituye uno de los conjuntos monumentales más impresionantes de Valladolid. Presidida por la Iglesia de San Pablo, cuya fachada gótica isabelina es una auténtica joya escultórica, este espacio urbano reúne algunos de los edificios más importantes de la ciudad.

La iglesia, donde fueron bautizados varios reyes de España, incluido Felipe II, se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de Valladolid. Junto a ella, el Museo Nacional de Escultura alberga la mejor colección de escultura policromada de España, con obras maestras de Alonso Berruguete, Juan de Juni y Gregorio Fernández.

El museo se distribuye en tres edificios históricos : el Colegio de San Gregorio, el Palacio de Villena y la Casa del Sol. Su visita es imprescindible para los amantes del arte, y resulta aún más atractiva con la Valladolid Card, que permite el acceso gratuito.

Completando este extraordinario conjunto monumental encontramos el Palacio Real y el Palacio de Pimentel, donde nació Felipe II. La concentración de monumentos en esta zona permite apreciar la importancia histórica de Valladolid como sede de la corte española.

4. Campo Grande y Plaza de Zorrilla

El Parque Campo Grande representa el principal pulmón verde de Valladolid y uno de los espacios más queridos por los vallisoletanos. Sus extensos jardines, estanques con cascadas y la peculiar fauna que lo habita (pavos reales, cisnes y ardillas que se acercan confiadamente a los visitantes) crean un oasis de tranquilidad en pleno centro urbano.

Entre sus atractivos destaca la estatua dedicada al escritor Miguel Delibes, hijo ilustre de la ciudad, así como diversas zonas de juegos infantiles que hacen las delicias de los más pequeños.

En uno de los extremos del parque se encuentra la Plaza de Zorrilla, presidida por la estatua del poeta romántico José Zorrilla, autor de «Don Juan Tenorio». Junto a ella, las letras gigantes que forman la palabra «VALLADOLID» se han convertido en un punto obligado para las fotografías de recuerdo.

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La elegante Acera de Recoletos, con edificios de estilo modernista, y la imponente Academia de Caballería completan este espacio urbano que conecta el centro histórico con las zonas más modernas de la ciudad.

5. Mercado del Val y Ruta de los Pinchos

Ninguna visita a Valladolid estaría completa sin una inmersión en su gastronomía, y el Mercado del Val ofrece la oportunidad perfecta para hacerlo. Este mercado cubierto, inspirado en las Halles de París, combina la venta tradicional de productos frescos con espacios gastronómicos donde degustar tapas y platos elaborados al momento.

Tras la reciente renovación, el mercado se ha convertido en un punto de encuentro para locales y visitantes, donde probar los vinos de la región (Ribera del Duero, Rueda, Cigales) acompañados de embutidos, quesos y otras especialidades castellanas.

Muy cerca, la Calle Cebadería con sus arcadas y fachadas coloridas mantiene el ambiente comercial tradicional y forma parte de la famosa Ruta de los Pinchos vallisoletana. Bares como Jero, Los Zagales o La Mejillonera ofrecen creaciones culinarias en miniatura que han ganado numerosos premios en concursos nacionales.

El recorrido por esta zona permite experimentar una de las costumbres más arraigadas entre los vallisoletanos: el tapeo, un ritual social que combina gastronomía y conversación en un ambiente distendido.

6. Pasaje Gutiérrez y Plaza España

El Pasaje Gutiérrez representa una joya arquitectónica poco conocida para muchos visitantes. Esta galería comercial decimonónica, inspirada en las de Milán o Bruselas, sorprende por su decoración mitológica y su cuidada restauración.

Con su cubierta de cristal y hierro, el pasaje conecta dos calles comerciales y alberga tiendas, cafeterías y locales de ocio que le dan vida tanto de día como de noche. Las figuras mitológicas que adornan su entrada y los detalles ornamentales transportan al visitante a la época de esplendor de la burguesía vallisoletana.

Muy cerca se encuentra la Plaza de España, con su fuente monumental y su tradicional mercado de flores y frutas. Este espacio urbano, más moderno que otros del centro histórico, permite observar la vida cotidiana de los vallisoletanos entre boutiques y restaurantes.

Una parada para tomar un café en alguna de sus terrazas ofrece la oportunidad perfecta para descansar y observar el ritmo de la ciudad antes de continuar con la visita.

7. Valladolid Literaria: Casa de Cervantes y Universidad

Valladolid presume de su rica tradición literaria, y uno de sus mayores tesoros es la Casa de Cervantes, donde el autor de «Don Quijote» vivió durante su estancia en la ciudad. Convertida en museo, la casa conserva el ambiente de la época y documenta la relación del escritor con Valladolid.

La visita permite conocer detalles fascinantes sobre la vida cotidiana en el Siglo de Oro español y sobre la creación de algunas de las obras más importantes de la literatura universal. Los horarios son amplios y los precios accesibles, con descuentos para estudiantes y entrada gratuita algunos días.

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El recorrido literario puede completarse con una visita a la Universidad de Valladolid, cuyo edificio renacentista alberga la curiosa «leyenda de los leones» que los estudiantes siguen manteniendo viva. El ambiente estudiantil que se respira en sus alrededores añade vitalidad al centro histórico.

Los homenajes a José Zorrilla, no solo en la plaza que lleva su nombre sino en diversos rincones de la ciudad, recuerdan la importancia de este poeta romántico en la cultura vallisoletana.

Gastronomía y Consejos Prácticos

Para reponer fuerzas durante la visita, nada mejor que probar algunas especialidades locales. El lechazo asado es el plato estrella de la gastronomía vallisoletana, aunque requiere tiempo para degustarlo correctamente. Como alternativa más rápida, los pinchos y tapas ofrecen una excelente introducción a los sabores de la región.

Entre los restaurantes recomendados destacan La Parrilla de San Lorenzo, ubicado en una antigua iglesia; El Figón de Recoletos, con cocina tradicional actualizada; y Los Zagales, referente en cocina en miniatura.

Para aprovechar al máximo la visita, conviene tener en cuenta que toda la ciudad es accesible a pie, aunque existen free tours que ofrecen recorridos guiados con información detallada. La Valladolid Card permite el acceso a museos y al bus turístico a un precio ventajoso.

Si se planea pernoctar, opciones como el Hotel Mozart o el Hotel Colón Plaza ofrecen buena relación calidad-precio en ubicaciones céntricas. Para quienes viajan en autocaravana, la ciudad dispone de un área específica bien equipada.

El acceso desde Madrid resulta especialmente cómodo gracias al tren AVE (55 minutos) y a frecuentes conexiones en autobús.

Más Allá de la Ciudad

Si se dispone de tiempo adicional, los alrededores de Valladolid ofrecen atractivas excursiones. Pueblos como Urueña, villa del libro con murallas medievales; Simancas, sede del Archivo General; Tordesillas, con su Real Monasterio de Santa Clara; o Cigales, centro de una interesante zona vinícola, merecen una visita.

También destacan localidades como Wamba, con su iglesia mozárabe; Fuensaldaña, dominada por su imponente castillo; y Mayorga, con interesante arquitectura tradicional. Las rutas del vino y los itinerarios por castillos completan las posibilidades para extender la estancia en la provincia.

Valladolid sorprende a quien la visita por primera vez. Sus monumentos, museos, gastronomía y el carácter acogedor de sus habitantes crean una experiencia completa que puede disfrutarse intensamente en un solo día. Esta ciudad castellana, alejada de los circuitos turísticos masificados, ofrece un viaje en el tiempo a través de la historia de España sin renunciar a las comodidades y placeres de una urbe moderna y dinámica. Después de recorrer sus calles, muchos visitantes se marchan con la promesa de volver para descubrir con más calma todos sus secretos.

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