La falta de liquidez tras una mala situación financiera puede provocar el ahogamiento en deudas de un negocio. Ante esta situación, seguramente se nos vengan a la cabeza multitud de preguntas, ¿qué deudas debería pagar primero?, ¿qué pasa si no puedo pagarlas? ¿puedo cerrar una empresa con deudas?
Vender una empresa con deudas es legal en nuestro país. Quizás una buena solución para tu negocio sea buscar a inversores que compran empresas con deudas. Aunque pueda parecer contradictorio, existen empresas dedicadas a ello, por lo que puede que sea una buena solución a la mala situación económica de tu negocio.
¿Qué hacer con una empresa con deudas?
Antes de cerrar un negocio hay que prestar atención a sus obligaciones de pago y a los plazos de prescripción. Debes tener en cuenta que si no se abonan las deudas de una sociedad a tiempo los acreedores podrán ir contra el patrimonio del titular para que realice el pago.
El problema más destacado cuando queremos extinguir un negocio que presenta impagos en la necesidad de presentar en el Registro Mercantil las cuentas a 0.
Asimismo, se deberá atender a las deudas de la sociedad y al período de tiempo en el que prescriben. Puede que existen deudas con terceros o con la Administración. En el primer caso, debes saber que los acreedores podrán ir contra los bienes y derechos del dueño del negocio. Además, en el caso de las deudas con la Administración, por ejemplo con Hacienda o la Seguridad Social, podría darse la derivación de responsabilidad al administrador.
Cerrar un negocio endeudado
Para cerrar un negocio con deudas se deberá liquidar la sociedad. Lo más conveniente, aunque en algunos casos complicado, es pagar todas las deudas a los acreedores antes de cerrar la empresa. Decimos complicado porque aunque se pueda acudir a todos los medios posibles, como solicitar un préstamo a una entidad bancaria, o pedir dinero a algún amigo, familiar o allegado, en ocasiones esto no es posible.
Si tu empresa se encuentra en ese punto, en el que no existen más fuentes de financiación posibles, habría que pensar en otras opciones. Por ejemplo, solicitar concurso de acreedores. Sí, el concurso de acreedores puede solicitarlo tanto la propia empresa como los acreedores de la misma.
La principal problemática del procedimiento concursal en este tipo de situaciones es que será necesario abonar una serie de gastos derivados del proceso. Así, encontramos los gastos judiciales, o los salarios de los abogados o procuradores que debamos contratar para el desarrollo judicial.
Aunque es una opción, seguramente no queramos pensar en que vamos a tener que atender a otros gastos además de las deudas que ya tenemos. Por ello, una buena opción sería vender la empresa.
Como ya hemos dicho, hay empresas que se dedican a comprar otras con deudas al encontrar alguna rentabilidad en ello. Por tanto, si deseas deshacerte de las deudas de tu empresa y de tu vinculación como titular con ellas, podrás buscar inversores dedicados a la compraventa de empresas con deudas.